Miro el cielo y las nubes cada vez están más cerca.
Sobre una bicicleta andrajosa pasa un pibe y me revuelve la infancia.
Al llegar al semáforo,
dos malabaristas revolean unas clavas delante de los coches.
Yo sigo caminando algunas cuadras
y me detengo ante una pared llena de graffitis.
Como siempre,
mis silencios se llenaron de palabras.
Sobre una bicicleta andrajosa pasa un pibe y me revuelve la infancia.
Al llegar al semáforo,
dos malabaristas revolean unas clavas delante de los coches.
Yo sigo caminando algunas cuadras
y me detengo ante una pared llena de graffitis.
Como siempre,
mis silencios se llenaron de palabras.
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