domingo, 17 de agosto de 2014

Una lluvia que vuelve a caer medio siglo después


Por Nando Varela Pagliaro

Abelardo Castillo alguna vez escribió que desconfiaba de los escritores que no empezaron haciendo versos. En ese mismo texto, el autor de Crónica de un iniciado, luego añade: “todo escritor verdadero es esencialmente un poeta. Ser poeta no significa escribir en verso, ni el puro acto mecánico de versificar garantiza la poesía”.
Isidoro Blaisten, cuentista por excelencia, no escapa al pensamiento de Castillo. Su primer libro, Sucedió en la lluvia, publicado en marzo de 1965 por Editorial Stilcograf, fue un conjunto de poemas que había reunido y trabajado con sumo cuidado. Casi cincuenta años después, ese mismo libro, vuelve a ser publicado por la Editorial Punto de Encuentro en su colección Rescate Poético. Si bien hasta su muerte en 2004, Blaisten sólo publicaría cuentos, ensayos y una novela, la poesía nunca dejó de ser parte de su vida.

Si en su narrativa el humor y la ironía son dos de sus rasgos inconfundibles, en la poesía lo son la angustia y la melancolía. Sucedió en la lluvia es una antología de tristezas, una sucesión de recuerdos, de conversaciones interrumpidas, un viaje de ida y vuelta al pasado, al temor de olvidar lo que alguna vez fue. “¿Sabrán acaso de dónde he venido a buscarte, de qué país, con qué infancia, en que guitarra loca me sumergí esperando?”, escribe en Poema para ella.
Antes de dedicarse sólo a la literatura, Isidoro Blaisten fue fotógrafo, vendedor y librero. Su librería en San Juan y Boedo era el lugar de encuentro de muchos de los escritores de la generación de los 70 y los 80. Allí se le ocurrió colocar el ingenioso cartelito con la leyenda “Cerrado por melancolía”, luego así tituló uno de sus libros más emblemáticos, en el que despliega toda su maestría cuentística.

Sus innumerables oficios, sus obsesiones, lo culto y lo popular, Edith Piaf y Gatica todos se mezclan y se conjugan en su poética, en sus versos sencillos. Cuando titubea o está perdido, no teme en decirlo: “Se me fue con un chofer la buena amada. Gran dios de los poetas, no tengo de qué hablar. Estoy desorientado”. Leyéndolo, queda claro que Blaisten poeta es tan agudo y sutil como lo es el narrador. Su lenguaje alejado de lo solemne y su trabajo poético tienen la precisión mecánica de un relojero.
Como él mismo escribió en Anti-conferencias, “si existe una hora extraña en la que el poeta llega antes que nadie”, esa se hizo esperar casi cincuenta años, pero al fin llegó. Por eso, la reedición de Sucedió en la lluvia  es una oportunidad para volver o descubrir al poeta que había detrás de uno de los prosistas más lúcidos e interesantes de la literatura argentina.

Publicada en el Suplemento de Cultura de Tiempo Argentino, 17 agosto 2014.


No hay comentarios:

Publicar un comentario