martes, 3 de mayo de 2011

Volver a leer


"Las estrategias y experiencias multiplicadoras son muchísimas, casi incontables porque de hecho cada lectura compartida es una experiencia en sí misma. Todas apuntan a desarrollar nuevos hábitos familiares y a recuperar en los profesores, docentes y bibliotecarios el placer, el amor y las ganas de leer, porque sólo si los maestros leen podremos llegar a ser una nación de lectores y podremos formar para las nuevas generaciones ciudadanos competentes, responsables, capaces de cuestionar todas las ideas y de brindar así a la sociedad ideas nuevas y mejores.
Y es que somos lo que hemos leído. La ausencia o escasez de lectura es un mismo camino seguro hacia la ignorancia y ésa es una condena individual gravísima, pero lo es más cuando deviene colectiva. La no lectura, desdichadamente, es un ejemplo que ha cundido impunemente en la Argentina, y en parte eso es lo que ha generado dirigencias autoritarias, ignorantes y frívolas.
Por eso sostengo que no hay peor violencia cultural que el proceso de embrutecimiento que se produce cuando no se lee. Una sociedad que no cuida a sus lectores, que no cuida sus libros y sus medios, que no guarda su memoria impresa y no alienta el desarrollo del pensamiento, es una sociedad culturalmente suicida. No sabrá jamás ejercer el control social que requiere una democracia adulta y seria. Que una persona no lea es una estupidez, un crimen que pagará el resto de su vida. Pero cuando es un país el que no lee, ese crimen lo paga con su historia, máxime si lo poco que lee es basura y si la basura es la regla en los grandes sistemas de difusión masivos".
Mempo Giardinelli.

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