miércoles, 20 de enero de 2010

Lecturas de verano I

“Dar vueltas. No parar. No poder parar. No poder parar nunca. Me parece que escribir es eso, algo así como dar vueltas, no parar, no poder parar, nunca. Andar a ciegas entre las palabras, tanteando a oscuras. Buscarlas. Perseguirlas. Y rara vez alcanzarlas. Muy rara vez encontrarlas, muy de tanto en tanto. Me parece que escribir es eso, nada más que eso. Aunque tampoco menos. Dar vueltas alrededor de las mismas palabras y, a partir de esas palabras, alrededor de los mismos dos o tres asuntos. Siempre. Toda la vida. Siempre alrededor de los mismos dos o tres asuntos. Quizá los únicos que realmente nos importan de entre tantos otros asuntos que, cuando no estamos escribiendo, parecen también importarnos. Pasa eso con la escritura, que nos obliga a atender sólo a aquello que realmente nos importa, que llevamos incrustado en el cuerpo. No nos deja mentir, la escritura. Se las ingenia para sacar desde adentro de las palabras sólo aquello que verdaderamente nos importa”.
Del libro "La patria" de Federico Jeanmaire.

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