Hoy a la mañana estuve en la final de la Copa Petrobras en el Vilas Club. Ver la fuerza con que le pegan a la pelotita desde tan cerca, no tiene punto de comparación con mirarlo sentado desde el sillón del living. La sensación es totalmente distinta. El juego se entiende desde otra perspectiva.
Como primera experiencia en el mundo del tenis profesional, me voy más que contento. Poder escuchar las puteadas de Gaudio, su lucha de igual a igual contra él mismo, ver cómo rompe sus raquetas contra el piso y sobre todo disfrutar de su maravilloso revés -sobre el que ya que escribí en otra ocasión- es algo que no voy a olvidar. Para que la fiesta hubiera sido completa, sólo faltó que Gaudio ganara. De todos modos, verlo jugar así, con tantos destellos de buen tenis, al menos a mí, me dejó la sensación de que el “Gato” está más vivo que nunca.
Abajo les dejo una foto que saqué con mi camarita.
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