Por Valenka
A través de estas simples instrucciones podrá el lector acercarse al sutil arte de conseguir un asiento lo más rápidamente posible, sin recurrir a jugadas turbias que puedan poner en duda su calidad de persona de bien frente a la mirada acusadora del resto del pasaje.
El pasajero que viaja sentado es, en general, una estirpe difícil de tratar. Intentará por todos los medios retener el status que ha logrado a pesar de que su viaje sea breve. Descenderá, de hecho, a los resquicios más inmundos del alma humana si en su trayecto se cruzara una persona con más derecho intrínseco al beneficio adquirido: recurrirá a estratagemas de las más bajas para evitar cederlo, como los ataques de sueño, insólitas rengueras, o embarazos instantáneos. Este individuo ha sufrido la falta de asiento en carne propia, y ha aplicado sus propias estrategias para conseguirlo; sería apelar a la ingenuidad suponer que se desprenderá fácilmente de su logro. Por eso, no debemos confiar en la solidaridad ajena; nuestra capacidad para estar en el grupo de los pocos beneficiados por cada interno, reside más que nada en nuestra propia habilidad personal para observar, y no en la suerte como suele suponerse.
1°- Busque una persona blanco. En gran parte el éxito de la operación depende de este punto, cuya finalidad es detectar el pasajero con más chances de desalojar el asiento de todo el móvil.
Observe la vestimenta, el aspecto general y la carga que transporta el sentado. A modo de ejemplo le brindamos las siguientes situaciones:
*Los trajeados y las mujeres con zapato de taco alto suelen, sobre todo en horario pico, descender en zona de oficinas. No se confunda: sí, hay trajeados que toman transporte público.
*Las mujeres con niños y los ancianos, asimismo, no suelen en general realizar trayectorias largas. Un viaje en colectivo para ellos es un suplicio aún mayor del que Ud. sufre.
*El de un escolar con guardapolvos es también un probable súbito asiento libre, así como también el de un adolescente en traje deportivo con mochila. No espere que merced a la juventud de la que todavía gozan, se apiaden de Ud. y le cedan el asiento. Agradezca solamente que en caso de obtenerlo cuando desciendan del vehículo, no se lo dejen lleno de restos de semillas de girasol.
*No seleccione como objetivo a los borrachos. Su estado etílico genera que puedan descender en forma muy tardía del bus, a veces incluso en la terminal.
* El dormido no es un buen candidato a nuestros fines; por su larga permanencia suele hacer del vehículo un segundo hogar y de todo el pasaje una familia que conoce lo más privado de su ser. Además de hacerlo esperar pacientemente sin éxito, ya que seguramente baja después que Ud., lo hará testigo, como poco, de esporádicos ronquidos o cabezazos. Si quiere gozar de un viaje lo menos infernal posible, aléjese de esta casta.
2°- Tenga en mente la trayectoria de la línea que lo transporta. Este es un punto que aunque pareciera menor, determinará en gran medida a quién apuntar. La parada del 47 en el cementerio de la Chacarita nos mostrará que la anciana que porta las flores es la indicada, la del 8 en Hospital Argerich que el joven con uniforme médico, la del 53 un domingo en La Boca que el hincha enajenado. Todo un abanico de deducciones se abre así ante nuestros ojos.
4°-Intente escuchar. Este caso puede aplicarse cuando los individuos viajan en grupo o en parejas, aunque con los adelantos tecnológicos de hoy en día también en comunicaciones vía celular. En algunas conversaciones el sentado desliza el leitmotiv de su periplo, o bien interroga a su acompañante sobre la distancia faltante. Trate de prestar atención sin encimarse al sujeto, ni pedirle repeticiones en caso de no haber oído. No se atreva jamás a intervenir en la conversación: los sentados pueden sentirse ofendidos y ofrecer vengativamente el beneficio a otros pasajeros antes de bajar: ¡y todo su arduo trabajo de inteligencia previo estará perdido!.
Si bien este método puede no arrojar resultados, vale la pena llevarlo a la práctica a falta de mayores datos obtenidos por otros medios.
5°- Observe las posesiones de los viajantes. Es conveniente aguzar el sentido de la vista al máximo: el costo del boleto, por ejemplo, ofrece información adicional de la duración de la permanencia de esa persona en el vehículo. Esta estrategia ofrecía información valiosa, pero con el último cambio de secciones y la poca claridad de las tarifas, hoy en día su utilidad ha disminuido. Sin embargo, de encontrarnos con un poseedor de un boleto de costo 1,10$, estaremos ante un éxito casi seguro. Cuidado: podemos estar ante la posibilidad de que el miserable haya querido ahorrarse 15 centavos y se acomode para un trayecto larguísimo, dejando así a nuestra teoría sin fundamento.
6°-Póngase en el lugar del otro. ¡Piense como él! Pregúntese adónde va, qué va a hacer, quién es, de qué trabaja. ¡Por favor, no malinterprete esta recomendación en forma literal y se siente encima del observado!
7°-Siga su instinto. Si aplicando varias de las recomendaciones previas ha dado con más de una persona tendiente a desocupar el tan codiciado lugar, tendrá que reducir el espectro a unos pocos para tener éxito. Aunque pudiera parecer arriesgado, a veces una voz interior nos guía hacia el sujeto buscado.
Recuerde: hay muchos como Ud. esperando sentarse y la cantidad suele ir in crescendo a medida que el viaje prosigue. De poder, apuéstese en el sitio que más posibilidades de asiento probable le otorgue, la cola del vehículo con 8 ó 9 pasajeros sentados suele serlo, a menos que se contraponga con las advertencias de este informe.
7°-Estése atento a los movimientos. Cuando el/los sujetos ya han sido elegidos, es el momento de supervisarlos finamente. Se puede notar en forma imperceptible cuando alguno va a levantarse: el cuerpo se tensa y hay una leve inclinación hacia adelante, la vista busca la ventanilla y las manos sujetan con más fuerza los bártulos ¡Por favor, sea discreto, no les clave la mirada! Tenga ojos en la nuca, en cualquier momento un potencial logro puede estar por suceder.
8°-Elimine a la competencia. Trate de abarcar con todas las partes de su cuerpo el mayor volumen posible, puede incluso ayudarse con su equipaje. Tenga presente que hay todo un colectivo lleno de personas conspirando, trazando estrategias, para arrebatarle “su” asiento.
9°- Sea rápido. ¡No se distraiga! En vista de un pasajero que desocupa una silla, la regla es clara, primero siéntese y después piense. En el caso de existir varias posibilidades, ni se le ocurra deducir cuál será la mejor posición, agarre la que pueda y no se queje. Recuerde los momentos que viajó parado y cualquiera va a parecerle el sillón de su casa.
10°- Por último, ahora que está Ud. sentado, ya pertenece a la fina clase de los privilegiados. No sea idiota, aunque a esta altura quizás le quede poco de viaje remanente, no se le ocurra desprenderse de lo único que lo pone a años luz del resto. No se conmueva por nadie que pueda hacerle malograr el trabajo tan largamente acuñado.
Aplicando desde ahora estas recomendaciones claras, su viaje será tan placentero y fácil como subir y sentarse. El sentido de la observación se entrena, y a medida que lo perfeccione encontrar al ingrato personaje se volverá pan comido. Con asombro verá que cada vez es menor el tiempo que permanece parado dentro del vehículo.
Como último consejo, ahorre y cómprese un auto propio, ¡su edad no va a permitirle jugar eternamente al detective!
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