Nando Varela
Pagliaro
“Los poetas ahora la pasan bastante mal /
nadie los lee mucho / esos nadie son pocos / el oficio perdió prestigio / para
un poeta es cada día más difícil /conseguir el amor de una muchacha / ser
candidato a presidente / que algún almacenero le fíe / que un guerrero haga
hazañas para que él las cante / que un rey le pague cada verso con tres monedas
de oro”. Estos versos que acabo de citar forman parte de “Sobre la poesía”, una
de las composiciones más populares de Juan Gelman. Fueron incluidos en Hacia el sur, un libro publicado en
1982. Ya han pasado más de treinta años desde los versos de Gelman y a pesar de
que todavía es muy difícil encontrar almaceneros que fíen o reyes que paguen
con monedas de oro, al menos sí existen premios, festivales y ciclos de lectura
que sirven de apoyo para que los poetas puedan difundir sus obras.
Entre los
festivales, se podrían destacar el Festival de Poesía en la Escuela, que
propone acercar el lenguaje poético a los niños; el de la Biblioteca Nacional;
el de la Feria del Libro; el de Córdoba; el del Centro Cultural de la
Cooperación y el de la ciudad de Rosario. Sin dudas, este último es el de mayor
importancia.
Organizado
por el Centro Cultural Parque de España CCPE/AECID, la Secretaría de Cultura y
Educación de la Municipalidad de Rosario y el Ministerio de Innovación y
Cultura de la Provincia de Santa Fe, el Festival Internacional de Poesía de
Rosario se ha convertido en el encuentro más destacado de poetas que se realiza
en la Argentina. Este año, en el mes de septiembre, se llevará a cabo la
vigésimo segunda edición. De ella participarán poetas argentinos e invitados
especiales de distintos países. Si bien hay actividades en distintas
bibliotecas y colegios de la ciudad, la mayor parte de la programación se
desarrolla entre la Plataforma Lavardén y el Centro cultural Roberto
Fontanarrosa (ex Bernardino Rivadavia).
El Festival
también suele ser el lugar elegido para entregar el Premio Provincial Trienal
de Poesía José Pedroni para obras
editadas e inéditas y el Premio Municipal Bianual de Poesía Felipe Aldana en
sus dos categorías: mayores y menores de 21 años. Las bases de ambos pueden
descargarse de la página de la Secretaria de Cultura y Educación de la
Municipalidad de Rosario <www.rosariocultura.gob.ar>.
Como señaló
Martín Prieto, director del CCPE y coordinador del Festival, durante la inauguración
del año del último encuentro, una de las ideas de este Festival es
"apostar por el futuro además de preservar la tradición”. Prueba de ello
son los homenajes a varios poetas de larga trayectoria. En ese contexto, a lo
largo de distintas ediciones, se presentaron libros emblemáticos como Collar de arena, que reúne la obra
poética de Beatriz Vallejos, Trabajos
nocturnos, de Juan Manuel Inchauspe, o Veinte
años de poesía argentina y otros ensayos, de Paco Urondo, así como la reciente publicación de 30/30 Poesía argentina del siglo XXI,
una antología de treinta poetas argentinos sub treinta que empezaron a dar a
conocer sus versos luego del año 2000 tanto en libros como en blogs, fanzines u
otros soportes.
Durante los cinco días que se realiza el Festival,
queda claro que su misión es inundar la ciudad de poetas y por supuesto de
mucha poesía. Para eso, la única forma posible es sacarla a la luz, leerla y
mezclarla con la mayor cantidad de gente posible. No sólo de lecturas está
hecho el Festival. Allí además es el lugar en el que se llevan a cabo ciclos de
cine, de música y obras de teatro
relacionadas con el género, una feria de
editoriales independientes (la cual resulta un espacio insoslayable si se
quiere saber por cuáles carriles anda la poesía contemporánea) y la esperada
Clínica de poesía, que se ha convertido en una de las marcas típicas y de las
actividades más atractivas del Festival. La Clínica es un espacio abierto de
aprendizaje e intercambio, y una posibilidad, para los participantes, de
trabajar sobre su obra bajo la coordinación de poetas de amplia trayectoria y
conocimiento de campo. Entre otros, ha sido dictada por figuras como Irene
Gruss, Daniel Durand, Damián Ríos, Osvaldo Bossi y Diana Bellesi. El cupo de
oyentes es libre, pero sólo se trabaja sobre la obra de quince participantes
seleccionados. Aquellos que quieran ser de la partida, deberán ingresar en la
web oficial del Festival <www.fipr.com.ar>. Allí, a partir de fines de
agosto encontrarán toda la información detallada, además del listado completo
de actividades y participantes para que todos los interesados se sumen a este
encuentro que ya es un clásico dentro del género.
Si hablamos
de clásicos, los ciclos de lectura son una parada casi obligada en el mundo de
la poesía. Se podría decir que el
recitado es una experiencia que se transita a la par misma del poema, porque
dicen que la buena poesía exige ser leída en voz alta y convertirse en sonido
como lo hace la letra de una canción. La oralidad es uno de los primeros
métodos para compartir cualquier experiencia y aún sigue siendo de los más
eficaces. Los ciclos de lectura son principalmente un lugar donde se mezclan
los amantes de la poesía: los que la escriben y los que sólo la leen, si como
dice Fabián Casas “todavía existen los lectores de poesía que no escriben
poesía”. Son el ámbito ideal para incorporar experiencias, para vincularse con
pares, para disfrutar de la belleza de la palabra escrita leída e interpretada
por sus autores, para dar a conocer los versos propios, pero sobre todo para
descubrir los ajenos. En este campo, la oferta es tan grande que hacer un
listado completo sería imposible. De todos modos, mencionaremos algunas
opciones como:
El ciclo
Literatura Viva es un proyecto colectivo que comenzó en junio de 2003. Al
principio se limitaba a reunir a un grupo de amigos en la Casona de Humahuaca
para leer "a micrófono abierto". Luego se sumaron los poetas
invitados, las entrevistas, las presentaciones de libros y los encuentros especiales.
Sus creadores son Lidia Rocha y Gerardo Curiá, quienes además llevan adelante
el programa de radio Moebius, que se emite todos los jueves de 21 a 22 por <www.arinfo.com.ar>.
El Ciclo
Carne Argentina que desde el año 2006 vienen desarrollando los escritores Selva
Almada, Julián López y Alejandra Zina. Según cuentan los organizadores, su idea
fue “generar un espacio en el que convivan los escritores editados y los
inéditos, los consagrados y los nuevos; y promover encuentros en los que el
público tome contacto con la variedad de estilos, lenguajes y formatos que
propone la producción literaria actual”.
El ciclo
Interiores, que organiza Inés Manzano con el objetivo de difundir las diversas
poéticas que se dan en todas las provincias de la Argentina.
El Festín
mutante, un ciclo mensual en el que se conjuga la poesía y la música más una
ronda de lecturas abiertas en las que todos los autores presentes pueden leer
sus textos.
El ciclo Más
Poesía Menos Policía, creado para que
poetas y narradores lean fragmentos de su obra complementando sus textos con otras
artes como pintura y música.
Rumiar Buenos
Aires, un ciclo itinerante que le da difusión a poetas nuevos y consagrados y
que ya se expuso en distintos centros culturales como Ladran Sancho, Espacio
Matienzo y Galería Pollock.
Para la
poesía, como para casi cualquier disciplina, Internet es un gran canal de
difusión. En la “red de redes”, los poetas pueden encontrar muchos sitios de
interés, <www.poesíaargentina.com>, en un cuanto a contenido, es uno de
los más completos. También es muy valioso el aporte de otros espacios como Diez
preguntas a un poeta, Poetas al tuntún y La Audioteca de Poesía, un lugar de
alojamiento para poemas en la voz de sus autores.
Como dijo
Samanta Schweblin en nuestro número anterior, “los premios ayudan, por
supuesto, son otra versión de las abuelas y los mecenas: te halagan, te dan
algo de dinero, le dicen a todo el mundo lo que estás haciendo”. En el área de
la poesía también existen concursos que vale la pena subrayar. Para aquellos
poetas que ya tienen obra publicada, los Premios Nacionales cumplen una función notable, ya que además de
dinero en el momento en que se lo obtiene, en el caso de los primeros premios,
también se les otorga un subsidio de por vida luego de los 60 años, que se
cobra a través de la ANSES. Para los que están comenzando a dar sus primeros
pasos y tienen una obra en ciernes, dos buenas posibilidades son el Premio
Indio Rico que concede la organización Estación Pringles, cuyo presidente es el
poeta Arturo Carrera y el Régimen de fomento a la producción literaria del
Fondo Nacional de las Artes. Este concurso, por prestigio y transparencia, es
una gran oportunidad para que autores noveles lleguen a ver sus versos
publicados. Además de premios, becas, subsidios y créditos, el Fondo creado en
1958 con la intención de promover las actividades artísticas, también organiza
talleres de poesía gratuitos en distintas provincias del país. Como se detalló en
la edición número cinco de La Balandra, el Fondo “es un organismo que depende
de la Secretaría de Cultura de la Nación aunque posee un carácter autárquico
que le otorga independencia a la hora de desplegar su acción. Sus sedes se
encuentran en Alsina 673 y en la Casa de la Cultura de Rufino Elizalde 2831,
que fuera el hogar de Victoria Ocampo en Barrio Parque”. Los que quieran saber
fechas y formas de presentación, pueden hacerlo ingresando en la web
<www.fnartes.gov.ar>.
Publicada originalmente en La Balandra, agosto 2014.
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