martes, 28 de abril de 2015

Para no sentirse tan solos


Nando Varela Pagliaro

 “Los poetas ahora la pasan bastante mal / nadie los lee mucho / esos nadie son pocos / el oficio perdió prestigio / para un poeta es cada día más difícil /conseguir el amor de una muchacha / ser candidato a presidente / que algún almacenero le fíe / que un guerrero haga hazañas para que él las cante / que un rey le pague cada verso con tres monedas de oro”. Estos versos que acabo de citar forman parte de “Sobre la poesía”, una de las composiciones más populares de Juan Gelman. Fueron incluidos en Hacia el sur, un libro publicado en 1982. Ya han pasado más de treinta años desde los versos de Gelman y a pesar de que todavía es muy difícil encontrar almaceneros que fíen o reyes que paguen con monedas de oro, al menos sí existen premios, festivales y ciclos de lectura que sirven de apoyo para que los poetas puedan difundir sus obras.

Entre los festivales, se podrían destacar el Festival de Poesía en la Escuela, que propone acercar el lenguaje poético a los niños; el de la Biblioteca Nacional; el de la Feria del Libro; el de Córdoba; el del Centro Cultural de la Cooperación y el de la ciudad de Rosario. Sin dudas, este último es el de mayor importancia.

Organizado por el Centro Cultural Parque de España CCPE/AECID, la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario y el Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe, el Festival Internacional de Poesía de Rosario se ha convertido en el encuentro más destacado de poetas que se realiza en la Argentina. Este año, en el mes de septiembre, se llevará a cabo la vigésimo segunda edición. De ella participarán poetas argentinos e invitados especiales de distintos países. Si bien hay actividades en distintas bibliotecas y colegios de la ciudad, la mayor parte de la programación se desarrolla entre la Plataforma Lavardén y el Centro cultural Roberto Fontanarrosa (ex Bernardino Rivadavia).

El Festival también suele ser el lugar elegido para entregar el Premio Provincial Trienal de Poesía José Pedroni  para obras editadas e inéditas y el Premio Municipal Bianual de Poesía Felipe Aldana en sus dos categorías: mayores y menores de 21 años. Las bases de ambos pueden descargarse de la página de la Secretaria de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario <www.rosariocultura.gob.ar>.

Como señaló Martín Prieto, director del CCPE y coordinador del Festival, durante la inauguración del año del último encuentro, una de las ideas de este Festival es "apostar por el futuro además de preservar la tradición”. Prueba de ello son los homenajes a varios poetas de larga trayectoria. En ese contexto, a lo largo de distintas ediciones, se presentaron libros emblemáticos como Collar de arena, que reúne la obra poética de Beatriz Vallejos, Trabajos nocturnos, de Juan Manuel Inchauspe, o Veinte años de poesía argentina y otros ensayos, de Paco Urondo,  así como la reciente publicación de 30/30 Poesía argentina del siglo XXI, una antología de treinta poetas argentinos sub treinta que empezaron a dar a conocer sus versos luego del año 2000 tanto en libros como en blogs, fanzines u otros soportes.

 Durante los cinco días que se realiza el Festival, queda claro que su misión es inundar la ciudad de poetas y por supuesto de mucha poesía. Para eso, la única forma posible es sacarla a la luz, leerla y mezclarla con la mayor cantidad de gente posible. No sólo de lecturas está hecho el Festival. Allí además es el lugar en el que se llevan a cabo ciclos de cine, de música  y obras de teatro relacionadas con el género,  una feria de editoriales independientes (la cual resulta un espacio insoslayable si se quiere saber por cuáles carriles anda la poesía contemporánea) y la esperada Clínica de poesía, que se ha convertido en una de las marcas típicas y de las actividades más atractivas del Festival. La Clínica es un espacio abierto de aprendizaje e intercambio, y una posibilidad, para los participantes, de trabajar sobre su obra bajo la coordinación de poetas de amplia trayectoria y conocimiento de campo. Entre otros, ha sido dictada por figuras como Irene Gruss, Daniel Durand, Damián Ríos, Osvaldo Bossi y Diana Bellesi. El cupo de oyentes es libre, pero sólo se trabaja sobre la obra de quince participantes seleccionados. Aquellos que quieran ser de la partida, deberán ingresar en la web oficial del Festival <www.fipr.com.ar>. Allí, a partir de fines de agosto encontrarán toda la información detallada, además del listado completo de actividades y participantes para que todos los interesados se sumen a este encuentro que ya es un clásico dentro del género.

Si hablamos de clásicos, los ciclos de lectura son una parada casi obligada en el mundo de la poesía.  Se podría decir que el recitado es una experiencia que se transita a la par misma del poema, porque dicen que la buena poesía exige ser leída en voz alta y convertirse en sonido como lo hace la letra de una canción. La oralidad es uno de los primeros métodos para compartir cualquier experiencia y aún sigue siendo de los más eficaces. Los ciclos de lectura son principalmente un lugar donde se mezclan los amantes de la poesía: los que la escriben y los que sólo la leen, si como dice Fabián Casas “todavía existen los lectores de poesía que no escriben poesía”. Son el ámbito ideal para incorporar experiencias, para vincularse con pares, para disfrutar de la belleza de la palabra escrita leída e interpretada por sus autores, para dar a conocer los versos propios, pero sobre todo para descubrir los ajenos. En este campo, la oferta es tan grande que hacer un listado completo sería imposible. De todos modos, mencionaremos algunas opciones como:

El ciclo Literatura Viva es un proyecto colectivo que comenzó en junio de 2003. Al principio se limitaba a reunir a un grupo de amigos en la Casona de Humahuaca para leer "a micrófono abierto". Luego se sumaron los poetas invitados, las entrevistas, las presentaciones de libros y los encuentros especiales. Sus creadores son Lidia Rocha y Gerardo Curiá, quienes además llevan adelante el programa de radio Moebius, que se emite todos los jueves de 21 a 22 por <www.arinfo.com.ar>. 

El Ciclo Carne Argentina que desde el año 2006 vienen desarrollando los escritores Selva Almada, Julián López y Alejandra Zina. Según cuentan los organizadores, su idea fue “generar un espacio en el que convivan los escritores editados y los inéditos, los consagrados y los nuevos; y promover encuentros en los que el público tome contacto con la variedad de estilos, lenguajes y formatos que propone la producción literaria actual”.

El ciclo Interiores, que organiza Inés Manzano con el objetivo de difundir las diversas poéticas que se dan en todas las provincias de la Argentina.

El Festín mutante, un ciclo mensual en el que se conjuga la poesía y la música más una ronda de lecturas abiertas en las que todos los autores presentes pueden leer sus textos.

El ciclo Más Poesía Menos Policía,  creado para que poetas y narradores lean fragmentos de su obra complementando sus textos con otras artes como pintura y música.

Rumiar Buenos Aires, un ciclo itinerante que le da difusión a poetas nuevos y consagrados y que ya se expuso en distintos centros culturales como Ladran Sancho, Espacio Matienzo y Galería Pollock.

Para la poesía, como para casi cualquier disciplina, Internet es un gran canal de difusión. En la “red de redes”, los poetas pueden encontrar muchos sitios de interés, <www.poesíaargentina.com>, en un cuanto a contenido, es uno de los más completos. También es muy valioso el aporte de otros espacios como Diez preguntas a un poeta, Poetas al tuntún y La Audioteca de Poesía, un lugar de alojamiento para poemas en la voz de sus autores.   

Como dijo Samanta Schweblin en nuestro número anterior, “los premios ayudan, por supuesto, son otra versión de las abuelas y los mecenas: te halagan, te dan algo de dinero, le dicen a todo el mundo lo que estás haciendo”. En el área de la poesía también existen concursos que vale la pena subrayar. Para aquellos poetas que ya tienen obra publicada, los Premios Nacionales  cumplen una función notable, ya que además de dinero en el momento en que se lo obtiene, en el caso de los primeros premios, también se les otorga un subsidio de por vida luego de los 60 años, que se cobra a través de la ANSES. Para los que están comenzando a dar sus primeros pasos y tienen una obra en ciernes, dos buenas posibilidades son el Premio Indio Rico que concede la organización Estación Pringles, cuyo presidente es el poeta Arturo Carrera y el Régimen de fomento a la producción literaria del Fondo Nacional de las Artes. Este concurso, por prestigio y transparencia, es una gran oportunidad para que autores noveles lleguen a ver sus versos publicados. Además de premios, becas, subsidios y créditos, el Fondo creado en 1958 con la intención de promover las actividades artísticas, también organiza talleres de poesía gratuitos en distintas provincias del país. Como se detalló en la edición número cinco de La Balandra, el Fondo “es un organismo que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación aunque posee un carácter autárquico que le otorga independencia a la hora de desplegar su acción. Sus sedes se encuentran en Alsina 673 y en la Casa de la Cultura de Rufino Elizalde 2831, que fuera el hogar de Victoria Ocampo en Barrio Parque”. Los que quieran saber fechas y formas de presentación, pueden hacerlo ingresando en la web <www.fnartes.gov.ar>.

En resumen, tal vez tenga razón Juan Gelman y los poetas no puedan conseguir almaceneros que fíen ni reyes que paguen versos con monedas de oro, pero como prueba esta nota, al menos sí encontrarán algunos espacios para difundir su obra y sobre todo, para no sentirse tan solos. 

Publicada originalmente en La Balandra, agosto 2014.

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