Por Nando Varela Pagliaro
Federico
Gil Solá es mucho más que un baterista: es el tipo que pateó el tablero en el
rock de los 90, el que se atrevió a incorporar un bombo legüero cuando nadie lo
hacía; es el que tuvo el talento necesario como para cambiar el sonido de los
power tríos en nuestro país. Comenzó a estudiar batería en Buenos Aires, cuando
tenía apenas once años, pero al poco tiempo se exilió Estados Unidos con su
familia por razones políticas. Su madre formaba parte de la Juventud Peronista
y su padre era militante del Partido Socialista: ambos aparecían en las listas
negras de la Triple A. Su padre partió rumbo a Suecia y él, junto a su madre
viajó a Chicago para luego recalar en California. En esa ciudad forma sus primeras
bandas: Young Adults y Wire Train, con la que en 1983 graba el disco In a Chamber, elegido por Bono de U2
como disco revelación. Con este grupo gira por Estados Unidos y Canadá
teloneando a King Crimson, The Cure,
R.E.M. y Stevie Ray Vaughan, entre otros. Recién en el 90 decide regresar al
país. “Estar lejos me hizo apreciar algunas cosas. Yo vine aquí y lo primero
que hice fue comprar un bombo legüero. No sabía tocarlo, pero tuve el culo de
encontrarme con dos tipos que sí sabían. Si lo tocaba yo hubiera sido una
cagada, pero la idea fue mía. Yo tenía algo en la cabeza de lo que me parecía
que había que hacer, y no había nadie haciéndolo”, dijo Gil Solá hace algunos
años en Página 12. Los dos tipos a los que hacía referencia no eran otros que
Ricardo Mollo y Diego Arnedo. Junto a ellos compone y graba los discos Acariciando lo áspero y La era de la boludez,
tal vez la obra cumbre de la banda. Con ese disco, Divididos logra llenar
catorce veces en un año el Estadio Obras Sanitarias, y el estadio de Vélez en
1994. Al año siguiente y de manera conflictiva, Gil Solá se aleja del trío. Le
siguen siete años de trabajo en silencio en su
estudio de Hurlingham, hasta que en 2001 edita Leaving las vergas. “Su debut solista es un virulento muestrario de
una rara búsqueda. Tocando todos los instrumentos pero con la batería al
frente, Gil Solá hace un mix de rock, folklore, reggae. Es, de algún modo, una
soberbia continuación de La era boludez”
escribe Mariano del Mazo en Clarín. En 2005 abandona el formato solista y bajo
el nombre Gil Solá & Exiliados, edita La
suerte y la palabra. Luego, participa en el trío “Losavio-Herrera-Gil Solá”
y en 2011 junto a la talentosa Laura Ros, que además es su pareja, presenta el
DVD en vivo Laura Ros + Fede Gil Solá -
Tercer Jueves - Ciclo en vivo, en el cual cada uno interpreta sus propias
canciones, fusionando folclore y rock. En la actualidad está preparando un
nuevo disco junto a Exiliados y según adelantó en su Facebook en este nuevo
trabajo piensa tocar más y cantar menos. En una nota reciente en Clarín le
preguntaron si la gente todavía le mencionaba a Divididos, “Como decía Paul
McCartney de Los Beatles: es my ever present past (mi pasado siempre presente).
Siempre está ahí. Pero ya hablé un montón al respecto, y no tengo nada nuevo
para decirte. Sólo lo que digo siempre: estoy orgulloso de la música que
hicimos. Que, en definitiva, es lo que queda: aparecen pibes de 17 años que ni
habían nacido en esa época y me hablan de esos discos, del trabajo que hice
hace tanto tiempo. Es lindo”, fue la respuesta de Federico Gil Solá.
Con
él hablamos para entrega número trece de “Mis discos”.
¿Cuál fue el primer
disco que compraste?
Machine Head de
Deep Purple, se lo hice comprar a mi viejo. Antes, tal vez, los de Los Beatles a mi vieja.
¿Cuál fue el último?
The Meters Original Album Series (Cabbage Alley, Rejuvenation, Fire
on the Bayou, Trick Bag, New Directions) y Los
amigos del Chango, "MCA Vol 1".
¿Qué disco jamás
prestarías?
El vinilo de Atrapados en el cielo de Pastoral porque
ya lo presté y nunca lo devolvieron.
¿Cuál fue el disco
que más veces prestaste o regalaste?
No me acuerdo,
últimamente el primero de los Guauchos.
¿Hay algunos discos
en tu discoteca de los que tengas vergüenza?
No, sólo les da
vergüenza a ellos.
¿Qué disco que antes
escuchabas, ahora ya no escucharías?
Casi todos los de los
ochenta, ABC The lexicon of love o los de Prince, por ejemplo.
¿En qué lugar ponés
los discos que vos grabaste?
En ningún lado especial.
¿Cuál fue el primer disco que bajaste?
Debió haber sido algo
de Miles Davis, Frank Sinatra, Ellington o alguna de esas cosas imposibles de
conseguir.
¿Cuál fue el último?
Like Clockwork de Queens of the Stone Age, el último de Killing
Joke y algunos de Guy Clark.
¿Cuál fue el disco
que más veces recomendaste o linkeaste?
Just as I am y Still Bill de Bill Withers.
¿Escuchás tus discos
en mp3?
No, no los escucho.
Publicada en Revista Paco, agosto 2014.
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