Quién nos quita lo bailado

Todavía no lo puedo creer. El domingo cuando volví de Rosario, estaba todo el barrio afuera. Hasta los más viejos cantaban bajo la lluvia “que Floresta está de fiesta, que Floresta es carnaval” y muchas otras canciones más. Después, cuando llegué a casa, encendí la tele, y en “Paso a Paso”, Souto y Rodríguez anunciaban que en el próximo bloque iban a mostrar la goleada de All Boys a Rosario Central. Increíble: mi club, en “Paso a paso”. Me quedé esperando el informe y recién una vez que lo vi, me fui a la cama con Vale para ver una película.
Me levanté bien temprano y salí con mi perro para el puesto de diarios. La tapa del Clarín decía “All Boys después de 30 años vuelve a Primera”. En el Olé, con su característica forma de titular, sentenciaban “ Flor… está” , en la bajada se explayaban un poco más y agregaban que “All Boys hizo la diferencia con un tremendo 3-0 en Rosario y mandó a la B Nacional a Central”. Por supuesto que no lo dudé un segundo y me compré los dos diarios para atesorarlos junto con mis cosas más preciadas. De vuelta en casa, ordené un par de cosas y volví a encender el televisor. Nico Cambiasso y el “Pepe” Romero estaban con “el Pollo” Vignolo hablando de la gloria del regreso. Recién ahí empecé a caer que lo de Rosario no fue un sueño.
Por fin se va a cumplir eso de “jugar en la bombonera” y de “quiero volver a verte jugar todos los domingos” que tantas veces cantamos. Ya sé que no va a ser fácil mantenerse en una categoría tan complicada, que además nos va a tocar pelear el descenso con Quilmes, que ya demostró en el Nacional que tiene el apoyo de varios peces gordos de la política; con Olimpo, que tiene a toda Bahía Blanca bancándolo; y como si fuera poco, con River, que no hace falta ni decir todo lo que tiene detrás suyo. Nosotros en cambio, sólo somos un equipo de barrio, como tantos otros que hay en Buenos Aires. Pero así no estemos más que un añito en Primera, quién nos quita lo bailado.