Nando Varela Pagliaro
Guillermo
Courau (42) y Francisco Anselmi (22) son los autores de La imaginación al poder, el libro que cuenta la historia de la Rock
& Pop. Editado por Paidós y prologado por Alfredo Rosso, el trabajo es una
crónica que abarca los treinta años de la radio que marcó a fuego a dos
generaciones de argentinos. En los seis capítulos en los que está divida la
investigación, detallan desde su fundación hasta la actualidad; siempre
contextualizando cada etapa de la radio con la coyuntura política y social del
país. Para llevar adelante el relato, como principal recurso, apelan a las
entrevistas con los máximos referentes de la radio. De algún modo, son ellos
los que terminan de contar la génesis de la leyenda. Al final, como bonus track,
se incluye una extensa conversación con Daniel Grinbank, el empresario que fue
el artífice de la aventura.
Sobre
el pasado, el presente y el futuro de la Rock & Pop, hablamos en esta
entrevista con los responsables del libro.
El libro está pensado poniendo el protagonismo en Daniel
Grinbank y no en Mario Pergolini, ¿Por qué eligieron contar la historia desde
ahí?
Francisco Anselmi:
Grinbank es un personaje interesantísimo para contar la radio. Si vos te fijás,
él atraviesa todos los capítulos, incluso cuando no está en la radio, su presencia de algún
modo es representada por la figura de Quique Prosen. La mayoría de las figuras
te hablan de la importancia de Prosen porque era el tipo que tenía que contener
los egos complicados de todos los artistas.
Guillermo Courau:
Daniel fue el visionario, fue el tipo que entendió que no había una FM con
identidad en la Argentina. De hecho, había muy pocas radios FM y la mayoría
replicaban lo que pasaba en AM. No había una FM que le hablara a los jóvenes.
Él no sólo fue el que creó la marca y el que llevó a Rock & Pop a ser la
radio más escuchada de la FM e incluso de la AM, porque llegó a tener un 78% de
audiencia total, sino que también vio y entendió un concepto de radio que acá
no se hacía y buscó la manera y los recursos para poder hacerla.
¿Mario Pergolini no quiso participar del proyecto? ¿Por
qué?
GC: Con Pergolini no
sabemos muy bien qué pasó. Nosotros quisimos llegar a él, a través de su
producción e incluso a través de gente que habló en el libro y lo conoce, pero
lo que recibimos como respuesta de esos intentos fue que no le interesaba el
trabajo en sí. Hubiera estado buenísimo que participara, pero a la vez no se
siente su falta porque de algún modo está en cada capítulo a través de
declaraciones que ha dado en distintos medios sobre los temas que abordamos.
Además de la ausencia de Pergolini, ¿se encontraron con
alguna otra traba?
GC: No, ninguna, al
contrario. De todos modos, tampoco considero lo de Pergolini una traba. Sí es
una ausencia que lamentamos mucho. Nos encantaría en el futuro sacar una
segunda edición ampliada con una entrevista en la que Pergolini cuente toda la
historia, tal como hicimos con Grinbank. La verdad que encontramos muy buena
predisposición de todos los que hablaron en el libro. Desde un operador hasta
el propio Grinbank, que cuando nos recibió en su oficina nos dijo que ese día
había suspendido todas las reuniones que tenía después de la nuestra para poder
dedicarnos el tiempo que fuera necesario, porque como la radio había sido un
proyecto tan importante en su vida, no quería que nos quedara nada sin
preguntar.
¿Cambió su imagen de la radio y de la gente que construyó
el mito luego de escribir el libro?
FA: No sé si nos
cambió la imagen, pero sí la completamos. Descubrimos algunos puntos que no
teníamos claros, vericuetos judiciales o relaciones entre los distintos
referentes que no conocíamos tan en profundidad. El libro nos sirvió para
sostener la hipótesis que teníamos desde un comienzo: nosotros estamos
convencidos de que la Rock & Pop fue la radio que cambió la manera en que
suenan las FM en la actualidad. Si nos fijamos en el dial, todas las radios hoy
suenan como sonaba la Rock & Pop hace treinta años. No creo que haya habido
una revolución tan importante en este tiempo.
¿Qué devolución esperan de los protagonistas del libro?
GC: Nunca pensamos el
libro como una historia oficial que necesitaba ser aprobada por ellos . Nosotros contamos, desde
nuestra condición de periodistas, lo que fue la Rock & Pop con sus claros y
oscuros, con todo lo que significó para la sociedad y para nosotros y lo que
significa para la gente que todavía hoy la escucha. El libro está más apuntado
a ellos que al beneplácito de quienes formaron parte de ella.
¿De qué manera influyó la comunicación desacartonada que proponían
desde la Rock & Pop en la juventud que creció con la radio?
GC: La influencia es
positiva. En Rock & Pop se empezó a hablar de otra manera, se le empezó a
hablar a los chicos. Los chicos, antes de la Rock & Pop, tenían un segmento
nocturno y marginal mientras que en la Rock & Pop se les hablaba desde las
nueve de la mañana y con su lenguaje, con sus estructuras mentales y con sus
ideas. Eso fue fundamental para que todos cambiáramos y adoptáramos ese mensaje
a nuestras vidas cotidianas.
¿Cómo ven a la radio hoy?
FA: Hoy es una radio
en la que las figuras principales ya no están; una radio que tuvo un verano
tumultuoso, pero de todos modos se está intentando recuperar el espíritu que
tenía en los años ‘80 y ‘90. Creo que es una radio que está readaptándose a los
cambios, pero le toca hacerlo a la sombra de un mega emprendimiento como es
Vorterix.
GC: Yo no puedo
separar a la Rock & Pop de la radio en general. Yo veo no sólo a la Rock
& Pop amesetada, sino que lo veo en todas las otras radios. En la FM faltan
ideas, faltan voces nuevas, falta volver a producir, a generar contenidos más
pensados, más creativos. La “charla de café”, que hace treinta años hacía la
Rock & Pop como algo absolutamente innovador, hoy la hace todo el mundo y
ya resulta muy aburrida.
En el libro dicen que La Metro nació como la “hermana
boba” de la Rock & Pop hasta el momento en que se hizo fuerte y la empezó a
destruir. ¿Se puede revertir la historia o ya es demasiado tarde?
GC: La “hermana boba”
en realidad era la denominación que ellos mismos le daban. Cuando arman Metro,
lo hacen con la idea de crear una radio para los que ya no escuchaban la Rock
& Pop, para no perder ese segmento de público. Lo que pasa, como dice
Grinbank en el libro, es que la Metro empezó a tener más identidad y más
concepto de pertenencia que la Rock & Pop en función de lo que había sido
la Rock & Pop. Es decir, la Metro de ahora es más parecida a la vieja Rock
& Pop y eso fue fundamental para que capturara el interés de un grupo
grande de gente. Como está ahora, es difícil que la Rock & Pop vuelva a ser
lo que fue. Habría que hacer un cambio muy grande en cuanto a figuras, ideas y
programas, pero yo creo que lo puede hacer porque es una marca que cala mucho
en la gente.
En La era de la
boludez, uno de los capítulos del libro, Douglas Vinci dice que le hubiera
parecido patético ver a tres viejos haciendo Radio Bangkok. Del mismo modo que le parece patético que tipos como
los Stones, que tienen 70 años, toquen temas de cuando tenían 17, porque las
experiencias de ellos ahora son otras. ¿Creen que a Pergolini y a otros
referentes de la radio les pasó algo similiar? ¿Se puede llegar a un público
del que cada vez están más lejos?
GC: Pergolini, desde
el primer día que empezó en la radio hasta hoy, demostró que supo adaptarse a
los cambios, supo entender antes que nadie la radio que se venía con Internet y
las redes sociales, supo darse cuenta de la importancia de contar con un buen
estudio de grabación en el que las bandas pudieran grabar con la calidad
suficiente como para después editar un disco. Todo eso lo entendió Pergolini
antes que nadie y en el libro contamos cómo un proyecto arquitectónico, que fue
el estudio en el que hizo en los últimos años ¿Cuál es? en la Rock & Pop, era en parte el germen de Vorterix.
Toda esa fascinación por lo nuevo, por lo tecnológico, ya estaba ahí y el tipo
se estaba adelantando a algo que recién ahora todos los demás estamos empezando
a ver. Pergolini es una persona con una cabeza impresionante para adaptarse y
entender lo que viene. Cuando tenés esa cabeza pueden pasar las generaciones,
podés tener setenta años y vas a seguir siendo un innovador y un
vanguardista.
En la actualidad, ¿piensan que la pérdida de oyentes
tiene que ver con que el público de entre 18 y 27 años cada vez escucha menos
rock que los de las generaciones anteriores?
FA: No sé si debe a
una cuestión generacional o es algo propio de la industria. Justamente ahora se
van a cumplir diez años de Cromañón y creo que a partir de ese hecho, todavía
se empezó a diversificar más el gusto de la juventud. El rock nacional volvió a
una etapa en la que ya no están esas bandas grandes de estadio. Hoy escuchamos
Tan Biónica y Miranda y alguna otra banda que nos intentan imponer, pero que no
son rock. En medio de todo esto, la Rock & Pop pierde fidelidad. Tal vez la
gente ahora quiere escuchar otra cosa, a tipos como Santiago del Moro o Beto
Casella, que tienen una charla más distendida, sin calar tan hondo en los temas
que tienen que ver con la cultura del rock.
GC: Lo de Cromañón
sin duda ha tenido que ver con el lugar en donde ponemos al rock y Rock &
Pop, en un punto también tuvo que ver con ese rock y con quienes fueron parte
de esa tragedia. Tengamos en cuenta que el rock se ha corrido de lugar y eso
hace que hoy el género vuelva a un estado, no sé si de gueto, pero si tal vez
más apartado. Pero como todo es cambiante, nada impide que al tirar y dar de
nuevo, el rock vuelva a estar otra vez en el centro de la escena.
¿A qué le dicen Ni a palos?
FA: Al periodismo
aburrido y acartonado, que no cuenta historias.
Publicada en Ni a palos, suplemento joven del diario Tiempo Argentino, diciembre 2014.
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