jueves, 27 de marzo de 2014

Cartas Póstumas

Me da pena, bronca y sobre todo,
mucha lástima que te hayas ido así,
tan de golpe.
Como decías en ese poema
que escribiste cuando murió el nono,
“no me dejaste tiempo ni para el arrepentimiento”
Esta vez me pasó a mí,
“por mirar el otoño, perdí el tren del verano”.
No supe ver “que todo lo que no se da,
no se acumula; se pierde”,
Que ya es demasiado tarde
para hacer las cosas que dejé para mañana,
porque ya no hay mañana.
Que el silencio siempre vuelve y duele.
Duele como pronto va a doler ser feliz.
Duele, ya no la pérdida,
eso es lo único que no se pierde.
Lo que duele más es el remordimiento y la culpa
por todo lo que no vas a ver,
por todo lo que no voy a contarte.
No me acuerdo en dónde leí que la muerte*
deja todas las conversaciones interrumpidas
y que por eso no hay nada más natural
que escribir cartas póstumas,
“cartas al que no está,
porque no está,
para que esté.
A lo mejor escribir es eso”.


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