“Tengo la sospecha- que con el tiempo se ha ido acercando cada vez más a lo que podría llamarse una certeza- de que la realidad no se escribe. El mundo real es para vivirlo, el amor es para vivirlo, el odio es para vivirlo, las pasiones son para vivirlas. Se hace ficción sobre lo que te queda o lo que te faltó de todo eso, sobre tus deseos, sobre tus culpas, sobre tus sueños. Ésa es la relación del escritor con la realidad. Cuando puede escribir aquello que vivió es porque ya lo ha pulido el tiempo, porque ya no significa lo que significaba en aquel momento, y muchas veces – siempre- debe mentir, para que resulte verdadero. La realidad contada tal como fue no tiene sentido para un escritor”. Abelardo Castillo.
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