Hablan de Colón, de un viaje
de un diario, de Tenochtitlán,
yo apenas escucho,
es sólo un ruido,
una voz que me distrae
de mi pensamiento,
de mi propio viaje
a ninguna parte.
Debí pensarlo antes de entrar.
Al menos una vez podría
no haberme traicionado.
¿Por cuánto tiempo uno puede dejar de ser uno?
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