"Nací en el barrio Abasto, de Rosario, y jugaba a la pelota con mis amigos en las veredas de empedrado grueso, y el pasto crecía entre los adoquines. En ese momento, la calle Mitre iba de norte a sur, y por ahí pasaban los carros que venían del mercado. Era una época en la que te regalaban el perejil en las verdulerías. Los tipos que manejaban los carros les decían piropos a las mucamas y nosotros nos poníamos colorados. El fútbol tiene, entonces, la gracia de los colores brillantes de mi infancia. Proust decía que la patria es el lenguaje, es la infancia. Bueno, para mí veintidós tipos corriendo detrás de una pelota son mi infancia, mi lenguaje y mi patria".
Rafael Bielsa.
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