El mundo político y el mundo económico
no me llegan.
Nada tiene que ver conmigo
la teoría de la "mano invisible" de Adam Smith.
Sus beneficios colectivos o particulares,
no son los míos.
Yo prefiero otra cosa.
Prefiero seguir siempre
con los mismos dos o tres temitas
que llenan mis cuadernos.
¿Acaso no es eso ser escritor?
Encontrar un mundo, una voz,
tener algo que decir que no se haya dicho,
o al menos
que no se haya dicho
como uno cree que puede decirlo.
En eso estoy,
desde que me senté en esta clase.
En eso sigo,
mientras miro pasar mi vida en chancletas por la plaza.
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